JUBILACIÓN
Parece que se detuvo el tiempo, instante capturado en
las agujas del reloj; pero incansable siguió saltando de segundo en segundo.
Segundos que se convirtieron en minutos, minutos que fueron horas, horas que
trenzaron días, días que tejieron años…y después de tantos años de intenso
trabajo, llegó el momento del esperado descanso.
Tiempo que a nuestro lado se transformó en amistad; en
momentos compartidos. Días de lluvia y de sol, de viento y de abrigo…pero
siempre aquí al pie del cañón, mejor dicho, del encerado cumpliendo con agrado
con vuestro trabajo.
Tantos años, fieles compañeros en este viaje de
aventuras y desventuras, de triunfos y derrotas, de días felices y alguno que
otro amargo; dejando algún jirón de piel en el camino sin perder nunca la
sonrisa.
Embarcados hasta llevar a buen puerto a esos pequeños
barquitos que navegaban en el mar del conocimiento.
Con sabiduría, dando lo mejor de vosotros y con
infinita paciencia sin perder la pasión
por enseñar.
Con imaginación y entusiasmo para hacer de la vida un
juego, sin perder de vista el objetivo de enseñarles, de sentar los pilares
básicos de su formación y de su crecimiento como personas.
Habéis servido de ejemplo y de guía no solo a vuestros
alumnos y alumnas; sino también a los que veníamos detrás. Ayudándonos a amar
nuestra profesión con vuestro buen hacer.
Bien orgullosos podéis caminar hacia vuestro descanso,
a iniciar una nueva etapa. Sin prisas…tomando la vida con más calma.
Dejáis el listón muy alto, tanto en el grado de compromiso
como en el trabajo bien hecho.
Y en nombre de todos los compañeros y sin querer extenderme más como siempre a
nuestra manera, es hora de brindar por vuestra jubilación.
Y ahora “a
comprarse los pasajes para el crucero” y disfrutar.
Os echaremos de menos…y esperamos que vosotros nos
echéis aunque sea un “poquino” de menos…
Texto y fotos: Pepa Cid
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