Se iba cerrando el cielo
Empujando a un sol radiante
Que se desdibujaba por el horizonte
Inundando todo el espacio
De dulces colores pasteles.
El milagro se estaba produciendo
Delante de mis ojos
Poco a poco todo…
Fue recobrando un brillo extraño
Que las nubes intentaban ocultar
Nubes espesas, nubes blancas
Querían tapar la belleza del sol
Sin darse cuenta
Que formaban parte
Del acontecimiento
La naturaleza en estado puro
Seguía su curso
El día sin ganas moría
La noche renacía tímidamente.
Yo lo contemplaba en tercera persona
En mi lugar favorito de remanso
Al pie de mi querida encina
Embriagada de su intenso aroma
Quedando segundos tan hermosos
Atrapados en mi tiempo.
Y os lo regalo a vosotros
Para que disfrutéis
Tanto o más que yo
Lo viví en aquel momento.
OS QUIERO
Texto y foto: Pepa Cid
Maravilloso atardecer nos sale al encuentro, gracias a la sabia prosa de de Maria José Cid, imágen divina, toda una ensoñación, ensimismados por el regalo, embelesados por las palabras, fantaseando y dejando volar nuestra imaginación, viviendo un atardecer junto a Pepa. Mil gracias
ResponderEliminarGracias Juan, pero si hubieras visto el atardecer te hubieras quedado ensimismado, como me quedé yo...y por eso...cogelé el instante
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